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Goodbye Christmas Father!

Posted on Jul 1, 2018 by in Sin categoría | 0 comments

Papa Noel_césped

La primavera había llegado con toda su fuerza, los campos verdes, las flores dando toda su belleza y algo no tan natural, un calor sofocante propio más del verano que de la estación que acababa de comenzar; esta situación provocó que la mayoría de las familias hicieran su limpieza de primavera, retirando todo lo que significaba invierno y dando paso a esta nueva estación.

Lily y James son dos hermanos gemelos de cinco años; hoy como todos los días, han salido corriendo del colegio y van junto a otros amigos correteando delante de sus madres de vuelta a casa; pero este martes algo cambió, de repente los niños acudieron gritando a su madre: «mamá, mamá, Papá Noel ha muerto, corre, corre, lo han atropellado». La madre sorprendida intentó calmar a los niños, les pidió que le explicaran porqué decían eso y qué era lo que habían visto que les había impactado tanto. Las otras mamás se fueron sonriendo y los gemelos, junto a su madre, se dirigieron hacia la carretera. Allí la madre comprobó lo que había impactado a sus hijos: en mitad de la carretera, entre los dos carriles, se encontraba un muñeco de Papá Noel de estos grandes, casi de tamaño natural, de los que cuelgan en los balcones o ventanas en Navidades; los coches muchas veces no podían evitarlo y lo atropellaban repetidamente.

Lily y James con lágrimas en los ojos volvieron a decir: «Papá Noel ha muerto, se ha acabado la Navidad».

La madre los llevó  a un parque cercano, se sentaron en un banco y les explicó que sólo era un muñeco: «Seguramente se estropeó las navidades pasadas por las lluvias y las nieves, y ahora haciendo limpieza han decidido tirarlo para comprar uno nuevo. No sé cómo ha ido a parar ahí, tal vez se cayó del camión de la basura». Los niños seguían llorando, Lilly le propuso a su madre:

«Vamos a enterrarlo, no lo podemos dejar ahí, cógelo mamá, nos lo llevamos a casa y lo enterramos en el jardín; yo le pondré flores todos los días». «Pero Lily» – dijo la madre preocupada.  «Sólo es un muñeco, no siente; no hace falta enterrarlo». James haciéndose el mayor intervino: «Es como cuando se rompe una de tus Barbies o uno de mis superhéroes; son de plástico, no pasa nada; Papá Noel está en su casa , volverá la próxima Navidad».

La madre sonrió a James como agradeciendo la ayuda prestada; pero nada convencía a Lilly; no quería que el muñeco siguiera en la carretera siendo atropellado infinidad de veces. Ante la desesperación de su hija, la madre accedió a recoger el muñeco, tuvieron que esperar varios minutos hasta que el tráfico les fue favorable.

Ya con el muñeco en los brazos, en un estado lamentable, la niña dijo: «Me da igual lo que digáis, lo voy a enterrar; a Papá Noel le gustaría».

Una vez en su domicilio, los niños corrieron al jardín, hicieron un agujero bajo una mimosa donde depositaron al destrozado muñeco; lo cubrieron con tierra; Lily le puso unas margaritas encima y le dijo:

«Adios Papá Noél, nos vemos en Navidad».

 

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